Cuando se habla de validar nos solemos referir a aceptar las emociones propias y del otro sin juzgarlas, no aconsejando ni intentando cambiar nada.
¿Cuál es el objetivo?
El objetivo es transmitir que nos importa lo que le pasa al otro, que para nosotros también es importante lo que está sintiendo.
La validación emocional es fundamental en la regulación, ya que si aceptamos cómo nos sentimos o cómo se sienten los demás es más fácil que podamos expresarlo y aprender a regularlo.
Las emociones que solemos invalidar más son el miedo, la ira y la tristeza, nos hacen sentir incómodos.
¿Cómo no validar?
- Minimizando: intentamos inhibir la emoción del otro “no es para tanto” – Juzgando: juicio despectivo por la expresión emocional “¿estás llorando por esa tontería?”
- Castigando: queremos detener la expresión a través del castigo “como sigas llorando te castigo”
- Culpabilizando: hacemos sentir culpable a la otra persona por su expresión emocional “me tienes harta con el tema”
- Desinterés: no conectamos con la expresión “no entiendo por qué estás así” – Evitación: intentamos que la otra persona evite su expresión “mejor hablamos de otra cosa”
- Disimular: también es una forma de invalidarnos cuando intentamos no expresar nuestras emociones y fingir.
¿Por qué es importante validar?
Ayuda a la persona a aceptar sus emociones y poder expresarlas, sin juzgarlas ni valorarlas de forma negativa. Lo que favorece la comprensión sobre sí mismo y los demás, esto mejora las relaciones interpersonales.
Cuando invalidamos a alguien le transmitimos que lo que siente no está bien, así que la emoción no puede hacer su trabajo y la persona pierde ese poder adaptativo.
¿Cómo validar a una persona?
- Empatizar con sus circunstancias: sin pensar cuál sería nuestro comportamiento en su lugar.
- Prestar atención, escucha activa: mirando a los ojos, atentamente, prestando atención a gestos, tono de voz, postura corporal.
- Aceptar con mente abierta la experiencia emocional del otro: todas las emociones tienen un sentido.
- Identificar las emociones del otro y dar una respuesta empática (sin aconsejar): aconsejar implica que algo de la situación tiene que cambiar.
- Ofrecer compañía: ofrecer permanecer junto a la persona durante la experiencia emocional, si no sabemos si la persona va a querer podemos preguntar qué necesita.
- Estar dispuesto a dar lo que es mejor desde la perspectiva del otro: no lo que se cree que es mejor para la percepción de uno mismo.
Conclusiones
Debemos tener cuidado con la validación si la persona lo que pretende es que se le valide todo el tiempo. Es importante que la persona confíe en su criterio y no siempre necesite de los demás para tomar decisiones. Es importante que no validemos si no sabemos hacerlo o si creemos que de alguna manera vamos a perjudicar a la persona que tenemos enfrente.